diciembre 20, 2004

Despedida

Ha llegado el momento de partir, el momento de la despedida. Es algo que me resisto a hacer y que temía desde hace tiempo. Ese pequeño hueco en el estómago se ha ido convirtiendo en un vacío imposible de llenar. Sentado en la soledad de mi espacio inmediato, me siento abrumado por la pesadez de tu ausencia. Te has ido y no sé qué decir, no sé que hacer... solo siento... siento el dolor... lo siento aquí... muy dentro...

Y aquí estoy,
a media noche,
en medio de la nada,
digiriendo un enorme
hueco en el estómago...

Sólo estoy consciente de mis deseos de estar a tu lado. Nada más parece tener sentido en esta oscuridad que me rodea a pesar de que las lámparas emiten el zumbido característico que me indica que están funcionando. Es en estos momentos en los que quisiera que todos mis sueños se hicieran realidad, que realmente pudiera colgarme de una ráfaga de viento y volar a través de valles, montañas y mares en un viaje sin duración en el tiempo, en un viaje en el que tu corazón fuera el destino, en el que tu alma fuera el amante que me espera...

Ojala estuviera llegando a ti...
el día está muriendo,
pero tu imagen sigue
tan viva como siempre.
Lento, pero sin tregua,
has conquistado mi corazón...

Pero no queda más remedio que aceptarlo. Esta es una más de esas tantas despedidas a las que hemos tenido que someternos. Algunas han durado sólo unos instantes, otras nos han mantenido alejados por siglos, aunque cada vez nos volvemos a encontrar. Sabemos que pronto así será, que volveremos a estar juntos, pero no deja de doler, y el dolor genera lágrimas que llueven en nuestros corazones y nublan nuestra visión.

Una lágrima acumulada en un ojo,
surgiendo del manantial de la ternura,
contrapunto que se opone al llanto
abundante de la desesperación...

Y a pesar de todo, siempre tienes la respuesta adecuada al alcance de la mano. No es justo que estemos tristes pues tenemos mucho por lo cual ser felices... así que suprimo las lágrimas y someto el dolor. Te agradezco todo lo que me has dado, en especial el sabor de ese beso, la suave sensación de tus labios en contacto con los míos, la calidez de tu aliento... cada vez que te extrañe más de lo que pudiera soportar, cerraré mis ojos para sentirlo una vez más... y pensaré en ti...

Ha sido larga la espera,
tan larga como una vida,
años y años de vivir a medias,
siglos eternos sin saber de ti,
pensando que tal vez no existieras,
pero soñando y deseándote aquí...

Y de repente llegaste,
sin dar aviso previo,
barriendo las penumbras de ayer,
como salida de un sueño,
personaje etéreo de mis fantasías
materializado en mujer...

Hasta ahora mismo en tu corazón...

Ya no soy el mismo

EPD - Arbol

No soy ya quien solía ser,
este yo no es el que me conocí,
algo me ha hecho diferente,
no me reconozco en mí.

Atisbo el horizonte buscándome,
pero simplemente estoy aquí,
en esencia otro hombre
distinto a lo que siempre fui.

Mirando en mi interior me intuyo,
busco sin encontrar y rectifico,
veo las cualidades de mi nuevo yo
y en verdad no me identifico.

Que es aquello que me cambia,
que me convierte en un nuevo ser?
soy resultado de naturaleza sabia,
o simplemente un hombre por nacer?

Hago un esfuerzo sobrehumano,
ataco las barreras de mi alma,
derrumbo murallas con mi propia mano,
y finalmente, agotado, quedo en calma.

Soy quien soy, pero no quien fui,
soy el mismo ser pero con alma nueva,
soy alguien que nunca pretendí,
soy alma que floreció en tu primavera.

diciembre 15, 2004

Conversando con la brisa

Siento una placentera tibieza mientras mis pies se hunden en la arena. Es relajante caminar a la orilla de la playa y con el masaje recibido en cada paso, percibo como se desprenden porciones de la tensión acumulada durante el día.

Esta noche agradezco la ausencia de la luna, pues me permite observar un firmamento en el que la única luz es la que proviene de las estrellas, las cuales parecen más brillantes que de costumbre sin la presencia de la tenue luz lunar.

Me percibo en solitario, no hay presencias extrañas a mi alrededor. Estoy solo, pero me siento reconfortado pensando en que esta noche la playa ha sido reservada exclusivamente para mí. Hago a un lado todo pensamiento ajeno a esta idea y me dispongo a disfrutar de la experiencia.

Decido despojarme de las ropas y me tiendo desnudo sobre la arena, dirigiendo mi mirada de regreso a las estrellas. Y así permanezco un buen rato, intentando descifrar las formas escondidas entre los astros titilantes. Algunas de ellas me son familiares, pero otras se me muestran completamente nuevas, y hasta cierto punto ajenas.

Cierro mis párpados, pero en mis ojos cubiertos aparecen una miríada de puntos brillantes ahí donde antes había estrellas. “Es curioso...”, me digo en silencio, ... “pareciera que las estrellas se resistieran a ser ignoradas... es como si tuvieran permanencia...”.

La idea se niega a desaparecer, da vueltas en mi cabeza y pareciera encontrar eco en mi memoria... permanencia en mis ojos, permanencia en mi memoria... súbitamente me siento como si fuera un explorador revisando un mapa de rutas estelares, rutas recorridas una y mil veces, rutas hacia parajes extraños y exóticos visitados en un afán de búsqueda de lo bello.

La brisa empieza a soplar llenando de frescura el ambiente. Brisa que torna salada mi piel y me cubre completamente con su aire marino. Me incorporo para darle la bienvenida y me dejo abrazar por sus corrientes mientras continúo mi caminata a lo largo de la playa. La brisa me acompaña contándome cuentos de aves y peces y yo le respondo contándole historias de mis aventuras estelares.

arrecife coralino
La brisa me dice que la belleza se encuentra en el mar, en el aire que lo cubre y en las profundidades del océano.

Me habla de alas de aves batiéndose contra el viento, de peces multicolores, de arrecifes de coral, de rayos de luz refractándose en la superficie de las olas.

Nebulosa esquimal
Y yo le contesto que pudiera ser verdad, pero que a mí en lo particular me parece que la belleza se encuentra en las estrellas.

Le hablo de nebulosas con formas caprichosas que emiten radiaciones de colores, de espectaculares explosiones de supernova que dejan residuos anulares alrededor de voraces hoyos negros, de brillantes constelaciones, de personajes estelares.



Sonreímos al darnos cuenta que la belleza reside en las experiencias cercanas, no importa si estas experiencias tienen lugar en el mar o en los continentes, en nuestro planeta o en el espacio sideral.

El alba despunta en la lejanía y la brisa se aleja en una nueva jornada hacia el mar. Le despido con un beso que se va volando con ella. Vuelvo entonces mi vista al firmamento que languidece con la llegada del sol, y me despido de mis constelaciones en esta noche que agoniza. Se ha cumplido un ciclo más, pero no me embarga nostalgia alguna pues sé que mañana estarán ahí, esperando por mí para una nueva jornada de aventura en búsqueda de la belleza, de esa belleza que internamente intuyo que hay en ti...

diciembre 09, 2004

Constelaciones

Vía Láctea

Estoy en el estado primigenio, aquel en el que la ausencia de todo es absoluta. Me encuentro rodeado por la nada. No en un espacio vacío o inmerso en la oscuridad, porque no existe un espacio que pueda estar desprovisto de objetos o una luz que con su ausencia genere las sombras. Es el origen de los tiempos y el universo, en el que nada tiene sentido, excepto la intuición de que no estoy solo, de que alguien comparte conmigo el momento de mi creación.

El proceso se inicia con una explosión de dimensiones catastróficas que da origen a la luz y el espacio de manera simultánea. Después de su no existencia, la luz podría considerarse cegadora si existiera algún ser que tuviera ojos para captarla. Por su parte, el espacio se inicia en expansión, dando lugar a un sitio en crecimiento en el cual se propaga la luz.

Es el inicio del Universo tal como lo conocemos... o más bien, como creemos conocerlo.

Algunas cosas se suceden apenas iniciada la expansión. Conforme crecen las dimensiones de ese universo, la temperatura baja hasta que se forman las partículas que conforman lo que hoy conocemos como materia. Y mientras que el espacio crece y la temperatura disminuye, se disipa la luz y se forman los primeros átomos y moléculas.

Transcurre el tiempo y las moléculas de hidrógeno, el elemento más sencillo, comienzan a reunirse en nubes de gas que se colapsan sobre sí mismas por la acción gravitatoria. Pero al acercarse unas a otras, las moléculas chocan entre sí y la temperatura local se incrementa, hasta que alcanza el nivel necesario para desarrollar una reacción termonuclear... ha nacido la primera estrella del universo.

Uno tras otro, se encienden los astros y el universo se llena nuevamente de luz. Las estrellas se reúnen para formar constelaciones, y éstas a su vez dan origen a gigantescos grupos conocidos como galaxias.

Mientras tanto, me siento perdido en un lugar que hasta hace poco no existía y que ahora me rodea sustituyendo a la nada original. Busco a mi alrededor un punto de referencia, algo que me permita orientarme en este universo cambiante, pero no puedo encontrarlo. ¿Dónde quedó la nada después de este cataclismo de escala cósmica? Sin respuesta a mi alcance, no puedo dejar de notar que la presencia que sentía originalmente a mi lado ha desaparecido y, sin entender la razón, me siento solo.

Me monto en un rayo de luz y recorro el espacio cercano en busca de ese alguien que perdí y que de repente me hace sentir vacío. En las cercanías percibo la presencia de otros entes con características similares, pero no puedo identificar al que fue uno conmigo en el momento de mi creación... de nuestra creación.

Me siento partido en dos sin que sepa que hacer, y desesperado entro en un agujero de gusano trasladándome entre las diferentes dimensiones del universo, hasta que finalmente me detengo a descansar en un pequeño mundo que orbita tercero alrededor de una estrella solitaria...

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Detengo el auto y bajo el cristal de la ventanilla para aspirar el aire fresco del atardecer. El aire se introduce profundamente en mis pulmones generando una sensación de mareo que me hace sentir eufórico. Es un aire que huele a humedad y que trae consigo la esencia de los árboles en el verano tardío. Gotas de lluvia se precipitan desde las alturas formando una cortina de bruma en la lejanía, la cual descompone la luz vespertina formando un espectacular arco iris en el otro extremo del firmamento.

El fenómeno actúa como detonador para tu recuerdo, y te haces presente a mi alrededor, deslizándote sobre las corrientes de aire que mueven la vegetación circundante. Un sentimiento de bienestar se apodera de mí y cambio mi posición en el asiento del auto para estar más cómodo y disfrutar plenamente de tu presencia. Las tensiones de la jornada parecen disiparse y el paisaje a mi alrededor se diluye al mismo tiempo que la luz del sol poniente.

Mientras el mundo a mi alrededor se desliza entre la penumbra que antecede a la noche, siento una vez más la inexplicable certeza de haberte conocido desde siempre. Internamente me siento fatigado pero feliz, y el cansancio me hace entrar en los terrenos de la ensoñación, llevándome hasta un estado primigenio, aquel en el que la ausencia de todo es absoluta. Me encuentro rodeado por la nada. No en un espacio vacío o inmerso en la oscuridad, porque no existe un espacio que pueda estar desprovisto de objetos o una luz que con su ausencia genere las sombras. Es el origen de los tiempos y el universo, en el que nada tiene sentido, excepto la intuición de que no estoy solo, de que alguien comparte conmigo el momento de mi creación... y ese alguien, ahora lo sé, eres tú.

El ruido de los pájaros que llegan a pasar la noche en la arboleda cercana me regresa a la realidad. Ya es de noche y el arco iris ha desaparecido del firmamento, cediendo su lugar a una noche llena de estrellas. De alguna forma entiendo que esas estrellas no son del todo desconocidas, pues las he recorrido todas mientras te buscaba en la inmensidad del universo. Pero ahora sé que estás aquí, a mi lado y no, pero en mí. Aspiro el aire de la noche y nuevamente me lleno de euforia, porque entiendo que esa búsqueda ancestral ha llegado a su fin. He recorrido constelaciones y galaxias hasta este punto en el espacio y el tiempo en el cual hemos coincidido, y por ello me siento feliz.

Embargado por la euforia me cuelgo de una ráfaga de viento e inicio mi jornada nocturna hacia ese lugar de sueños en el que nos encontramos cada noche. Sé que me estarás esperando como lo has hecho desde el inicio del tiempo. Me acercaré a ti en silencio para hacerte una caricia y, observando mi imagen reflejada en tus ojos, te abrazaré tiernamente mientras me pierdo en las constelaciones de tu piel...

diciembre 06, 2004

Sueños

S. Dalí - Muchacha en la ventanaMi vida es como un sueño,
sueño todo el tiempo,
en el tiempo que sueño,
no sé si despierto,

sueño dormido,
me duermo y sueño,
sueño que duermo,
que duermo soñando,

te sueño soñando,
soñando te sueño,
sueño que me sueñas,
que me sueñas soñando,

soñando despierto,
despierto soñando,
despierto y sueño,
sueño despierto,

sueño tu imagen,
imagino que te sueño,
te sueño imaginando,
imagino que me sueñas,

sueño y pienso,
pienso soñando,
soñando te pienso,
pienso que te sueño,

soñando te beso,
te beso soñando,
besándote sueño,
sueño y te beso,

sueño que me amas,
me amas y sueño,
te sueño amándome,
amo que me sueñes,

sueño que te amo,
te amo soñando
amándote sueño,
sueño y te amo,

te sueño aquí,
me sueño allá,
aquí te sueño,
soñando allá,

sueño que soñamos,
soñamos un sueño,
un sueño de vida,
un sueño de sueños...

diciembre 03, 2004

Canto de un Dios

w. Blake - The ancient of daysTenía la intención de cerrar hoy una serie de tres textos relacionados con los sueños publicando un texto propio, pero los comentarios recibidos me animaron a mostrarles primera esta canción, que por un lado no es muy conocida, y por el otro creo que tiene una íntima relación con el tema en cuestión.

Los comentarios hechos a los últimos dos posts juegan alrededor de la imposibilidad de distinguir entre una experiencia real y una soñada. En relación con lo anterior, creo que sería interesante preguntarse si un dios sueña, o alternativamente, qué significa la realidad para un dios.

La siguiente canción no pretende dar una respuesta al cuestionamiento anterior, pero ofrece un tratamiento interesante del mismo. Espero que sea de su agrado y mantenga el interés antes de la publicación del último texto, el cual aparecerá el próximo lunes.

Canto de un Dios
(Enrique Quezadas)


A veces cuando estoy sólo
en mí la duda se asoma
si me han gastado una broma
para burlar mi decoro.

Miro la escena de un modo
sintiendo que si volteo
desaparece el deseo
y las imágenes desisten
y que las cosas existen
solamente si las veo.

Despierto, volteo y me miro
esclavo de mis pasiones
y entre mis apariciones
a mí mismo me percibo.

Soñé que yo estaba vivo
y a ustedes los conocía
los odiaba y los quería
pero no estoy en lo justo
porque ustedes son producto
de imaginaciones mías.

Tantos mundos invisibles
el nudo y su explicación
el hierro de la pasión
las soluciones posibles.

Obsesiones invencibles
la sangre de los que luchan
escépticos que se angustian
y no creen en mi mensaje
yo fui el que inventó el lenguaje
para sentir que me escuchan.

La trampa que yo me puse
fue inventar a mucha gente
a unos los crié indigentes
altos, tuertos y otros dulces.

También yo forjé a las luces
de mi locura excitada
los países, las cascadas
y todo lo que hoy existe
yo le di al pájaro alpiste
y vida a la forma humana.

Empeñado en la belleza
me puse a inventar sus causas
y encontré que hallo las altas
por gracia de las pequeñas

Yo hice a la fealdad tan bella
que en su aparición permite
que en la vida haya matices
sorpresas y circunstancias
sólo porque hay ignorancia
es que la verdad existe

La frigidez y el sentir
se dan cita en la existencia
el deseo y la resistencia
siempre estuvieron en mí

Sea mi voluntad vivir
este misterio fecundo
vagar con el vagabundo
y compartir con cualquiera
porque el día en que yo me muera
se va a terminar el mundo