marzo 14, 2005

Miradas imaginarias

Quisiera que mis ojos tuvieran la capacidad de verte con la intensidad de la mirada penetrante y amplia de mi imaginación. Si así fuera me bastaría un esfuerzo mínimo para plantarme frente a ti y poderte ver entera y mía, deslizarme por las suaves ondulaciones de tu aroma, nadar en la suave corriente de tu risa, acariciar el laberíntico largo de tu cuerpo y saborear el agridulce sabor de tus labios mientras me deslizo entero en la húmeda profundidad de tu piel estrellada.

¿De qué me sirven estos ojos que perciben el caudal multicolor de objetos inservibles que me rodean en un universo circundado por extensiones desoladas? Las fronteras de mi espacio inmediato desean ser transgredidas por incursiones audaces de tu cuerpo, pero por más que aguzo la mirada sólo veo pastos de ausencia perenne hasta donde la vista alcanza. Atisbo la línea del horizonte buscando el camino que me lleve de regreso, pero mi mirada no alcanza a descubrir la noche de estrellas compañeras y luna cómplice en la que tantas veces me he entregado a ti.

Quisiera que mis ojos fueran el instrumento adecuado para abrazarte en la distancia mientras oleadas de placer me anuncian inequívocamente que tu presencia es algo más que un sueño irrealizable. Quisiera besarte en la mirada de estos ojos ciegos, de la misma forma en la que siento tus labios explorar mis palabras silenciadas por un beso tierno y húmedo a la vez.

Luna, estrellas, distancia y ausencia es lo único que alcanzan a percibir estos ojos malogrados por el esfuerzo de ver lo que sólo la imaginación me permite. Cómo quisiera que mis ojos fueran el instrumento de mi imaginación...
Noctámbulo