septiembre 30, 2004

Aviso oportuno: Se solicita conciencia...

Picasso - Guernica

Las noticias nos hacen saber que la carrera por la elección presidencial en los Estados Unidos está alcanzando su punto culminante. Las encuestas coinciden en darle de 6 a 8 puntos porcentuales de ventaja al actual presidente republicano Jeorge Bush sobre su contrincante demócrata John Kerry. Sin embargo, al parecer esta diferencia pudiera no ser definitiva, ya que muchos de los votantes manifiestan su descontento con dos cosas principales: la guerra promovida por los Estados Unidos contra Irak y el estado de la economía estadounidense.

No es secreto, por otro lado, que la economía depende en gran medida de los resultados de la guerra, pero lo que realmente me interesa comentar es el descontento que el pueblo de los Estados Unidos manifiesta en contra de ella. Las razones esgrimidas son muchas y muy variadas, desde las nunca descubiertas armas de destrucción masiva, hasta los costos que esa guerra, al parecer interminable, representa.

Recorriendo las noticias provenientes de los Estados Unidos, me llama la atención que quienes manifiestan su descontento con la guerra, consideran con frecuencia a los jóvenes norteamericanos que han perdido o perderán la vida en Irak.

Independientemente de si esos jóvenes son todos norteamericanos o no (ya se ha hablado en la prensa de aquellos que por obtener la nacionalidad aceptaron ir a la guerra...) el argumento es válido: la pérdida de vidas humanas en una guerra es siempre lamentable. Y tan lamentables son esas muertes como las ocurridas durante la dictadura de Saddam Husein, las cuales también se han utilizado como argumento para soportar la decisión de ir a la guerra por parte del gobierno de los Estados Unidos.

Sin embargo, en quién yo me pongo a pensar es en los muertos civiles de Irak. Aquellos que nada tuvieron que ver con la dictadura o con la decisión de bombardear las ciudades irakíes. Aquellos que no representaban una amenaza para la reserva petrolera de los Estados Unidos. Aquellos que no representaban una amenaza para el resto de la humanidad. Por más que intento alejar este asunto de mi cabeza, no puedo dejar de pensar en esos niños... esas mujeres... esos ancianos...


DESPEGA EL AVION, levanta el vuelo con la gracia de un dinosaurio, atisba el horizonte, busca presa. Maquinaria hecha por el hombre para desgracia del hombre. Triunfo insignificante sobre sus limitaciones motrices y derrota mayúscula para las esperanzas de la especie.

El blanco ha sido localizado, pero en la mente del piloto no es blanco, es negro del negro del petróleo, es verde del verde de los dólares nauseabundos, es gris de ese gris que no alcanza para activar la conciencia dormida.

Blanca es la paz, blanca es la leche materna que dejará de fluir, blanca es el alma de los niños que se convertirán en parte de las estadísticas de daños colaterales, en blanco está la lista de las buenas intenciones.

El piloto presiona el disparador y el misil se lanza en busca de su objetivo. La conciencia se quedó en casa y el misil no tiene alma. Es más bien un depredador, un coleccionista de esas almas que pronto saltarán en pedazos.

Humano, eres por definición materia organizada que ha llegado a tener conciencia de sí misma, pero no dejo de preguntarme si eres o no un ser imaginario, hipotético, mítico. En dónde quedó la conciencia cuando estalló el misil?

Camino entre los muertos y estos me miran con curiosidad desde la profundidad de sus cuencas vacías, me preguntan en silencio por qué tuvieron que morir, se levantan de sus posturas rotas e intentan alcanzarme con sus miembros cercenados, me acosan buscando entender dónde quedó la conciencia.

Muy dentro de mí, escucho la pregunta, pero no tengo respuesta...

septiembre 29, 2004

Estoy solo...

EPD - Soledad
El día agoniza, se acerca la noche... es hora de volver a casa... el auto avanza sin prisas mientras los árboles se mecen suavemente con el viento.

Al fondo del camino, las montañas se visten de azul oscuro, mientras jirones de nubes se desplazan en la lejanía.

Unos relámpagos esporádicos me indican que ese cielo espectacular amenaza tormenta. Sin embargo no apresuro la marcha pues me gusta la lluvia.

Volteo ahora hacia la derecha, donde se observan los últimos vestigios de luz. Los rayos emitidos por el Sol poniente se cuelan entre las nubes formando un espectáculo natural digno de compartirse.

Sin embargo, me encuentro solo... aunque no es una soledad que me lastime. Manejar en soledad me permite pensar y se ha convertido en el mejor momento para olvidar las presiones cotidianas.

Pero no siempre ha sido así... me refiero a la soledad... no siempre es posible salir ileso... en ocasiones lastima... hiere un poco...

Me siento y espero,
espero sentado,
sin saber realmente qué esperar,
pero con esperanza...

Estoy solo en mi espera,
rodeado de soledad,
aislado de cuanto me rodea,
pero con recuerdos...

Mis recuerdos me acompañan,
pero la soledad permanece,
estoy solo recordando,
pero con anhelos...

Sostengo la esperanza,
me cubro de recuerdos,
y recolecto mis anhelos,
intentando alejar la soledad...

Los acomodo junto a mí,
esperanza, recuerdos y anhelos
nos mantenemos en reunión,
rodeados por la nada...

Finalmente, lo acepto,
guardo la esperanza,
protejo los recuerdos,
y oculto mis anhelos,
estoy solo...


septiembre 27, 2004

Luz y Oscuridad

Por millones de años, un planeta de nombre Tierra ha seguido el deambular de una estrella solitaria mientras gira repitiendo su ciclo ancestral. Viaja por el espacio acompañada de sus hermanos planetas y satélites. Viajan juntos por conveniencia, en un espacio en el que difícilmente podrían encontrar compañía si decidieran seguir por su cuenta.

Multitud de cometas rodean el sistema. Estos cometas son mensajeros que llevan las noticias de lo que sucede en el exterior proyectándose periódicamente hacia el conglomerado formado por los planetas y sus acompañantes. En ocasiones, a su paso por el conglomerado de planetas, alguno de estos cometas solicita permiso de la estrella para quedarse y no volver a las fronteras del sistema. La estrella evalúa el servicio prestado por el cometa y toma su decisión. Esta decisión está soportada por todo el peso de su poder gravitatorio. Autorizada su permanencia en la zona interior del sistema, el cometa se impacta contra uno de los planetas o satélites. Si el servicio realizado ha sido especialmente valioso, al cometa se le permite incorporarse a la masa de la estrella.

A pesar de la majestuosidad de la estrella, las cosas no parecen estar tranquilas en el sistema. Durante eras, Tierra ha sido mudo testigo de una lucha constante entre la luz y la oscuridad. Cada uno de los contendientes tiene su propio reino. La luz estableció el suyo en el día y su soberano es la estrella solitaria. Le llaman Sol, y Tierra es una de sus súbditos. Por su parte, el otro reino sentó sus reales en la inmensidad de la noche, sin que durante mucho tiempo se supiera quién era su soberano.

Durante los primeros tiempos, parecía que el reino de la oscuridad era más tolerante, pues Tierra miraba con curiosidad hacia el abismo de la noche y, si las condiciones eran propicias, alcanzaba a ver millones de puntos luminosos.

Algunos millones de años más tarde, sin embargo, Tierra llegó a pensar que tal vez esos pequeños vestigios de luz eran una muestra de que Sol y sus huestes luminosas intentaban tomar por asalto al reino de la oscuridad cada noche. Tierra observaba con especial expectación como esos imaginarios comandos de luz parecían abrir una brecha en las fronteras de la noche. La lucha duraba algunas horas y parecía que finalmente la luz se enseñoreaba sobre la oscuridad. Una palidez empezaba a inundar el firmamento y finalmente Sol llegaba para extender su manto de luz, desterrando definitivamente a la oscuridad de la noche. Sin embargo, con el tiempo llegó a dudar de que la lucha hubiera sido ganada, pues invariablemente la oscuridad regresaba a reclamar sus terrenos.

Esta lucha de contrarios, en la que la luz de la estrella inundaba todos los rincones del planeta en el amanecer de cada día, se repitió durante miles de millones de años sin que Tierra entendiera bien a bien qué era lo que ocurría. Simplemente recordaba que ese era el estado de cosas desde que tuviera conciencia de planeta.

Algo que había descubierto y que había mantenido en secreto durante eones, era que el soberano Sol tenía un aliado que se filtraba entre las sombras, de incógnito primero, pero haciéndose más visible con el transcurrir de los días. Uno de los cometas a su paso por el conglomerado, le dijo su nombre: "se le conoce por Luna, pero su verdadera identidad es un secreto", dijo el cometa, y agregó por lo bajo: "los rumores dicen que es miembro de la fraternidad de satélites".

A partir de entonces, Tierra puso mayor atención al comportamiento de ese ser enigmático que noche a noche se deslizaba entre las sombras. Algunas veces sólo era capaz de adivinar su presencia, porque Luna se disfrazaba de oscuridad. Pero con el correr de los días se iba dejando al descubierto. Por momentos parecía que Luna contaría con más suerte que los millones de pequeñas huestes luminosas, porque durante varias jornadas inundaba con una luz pálida a la noche. Tierra esperaba que Sol llegara en su ayuda y pusiera un punto final a aquella eterna contienda, pero nada sucedía, y la luminosidad de Luna comenzaba a extinguirse con el correr de los días, hasta que desaparecía nuevamente y su presencia era apenas adivinada en el firmamento.

Tierra tenía sus dudas. Por qué Sol no apoyaba más decididamente a Luna en su periódica batalla? Luna era incansable, apenas se recuperaba en silencio durante algún tiempo, y volvía a iniciar la contienda por vencer a las sombras de la noche. Pero no era suficientemente poderosa y finalmente terminaba retrocediendo ante los embates de la oscuridad. Por otro lado, los contingentes de diminutos guerreros luminosos hacían su tarea y preparaban el camino para la periódica llegada de Sol. Si tan solo unieran sus esfuerzos, pensaba Tierra, podrían dominar a la oscuridad. Y su confusión crecía...

En cierto momento, un cometa arribó a las cercanías del conglomerado de planetas y satélites. Era un cometa viejo que ya había prestado múltiples servicios a Sol. Al pasar junto a Tierra la observó pensativa y decidió preguntar la causa. Tierra le platicó todo lo que había observado. Vehementemente le contó de las luchas entre las huestes luminosas y las sombras de la noche. Le describió como Sol se presentaba triunfal al inicio de cada mañana, pero agregó con desánimo que el soberano de la oscuridad recuperaba sus dominios apenas transcurridas unas horas. Finalmente le hizo saber de la impresionante pero inútil odisea de Luna. Terminó lanzando improperios al soberano de la noche por su cobardía. Durante eras, le dijo Tierra al cometa, se ha mantenido oculto en un inmundo rincón de su reino, de tal forma que nadie conoce siquiera su identidad.

El cometa se acarició la ancestral cauda sonriendo, meditó durante unos instantes y se dirigió a Tierra de la siguiente manera:

Estás equivocada. No existe tal lucha entre luz y oscuridad, ya que no pueden existir una sin la otra. No existe tal soberano de la noche, porque en realidad es soberana. Luna reina esos lares. Los puntos luminosos que observas durante la noche son estrellas, enviados de Sol para que acompañen a Luna en su reino, porque Sol la ama desde tiempos ancestrales. El ciclo que observas, en el cual Luna surge de las sombras hasta verse esplendorosa en el firmamento, no es más que una caricia que le hace Sol de manera continua, sólo que su escala de tiempo es mayor. Cada caricia dura 28 rotaciones de tu cuerpo. Es por eso que observas su faz iluminándose poco a poco hasta quedar radiante de luz. Después, Sol retira su luz lentamente e inicia una nueva caricia. Observa con cuidado y podrás verificar lo que te digo...

Tierra no sabía qué pensar. Durante eones había observado lo que creía era una cruenta batalla sin cuartel, pero ahí estaba ese cometa anciano contando un cuento de hadas. Luna reina y soberana de la noche? Sol perdidamente enamorado de Luna? No podía creerlo. Sin embargo, siguió el consejo del cometa y observó...

Un buen día al levantar la mirada, Tierra observó algo que le llenó de asombro. Tierra no daba crédito. A plena luz observó como Luna aparecía en el cielo y avanzaba directamente al encuentro de Sol. Tierra recordó confundida las palabras del cometa. Luna era soberana de la noche... Qué hacía entonces en el reino de la luz? Acaso estaría a punto de darse el enfrentamiento que definiría el conflicto ancestral entre las dos fuerzas? No mucho después, Tierra vio contestada su pregunta.

Efectivamente, hubo un encuentro entre Luna y Sol, pero no hubo fragor de batallas, o muestras de violencia. Por el contrario, Luna inició una lenta caricia que comenzó a cubrir la faz de Sol. Tierra, asombrada, fue mudo testigo del encuentro amoroso y finalmente comprendió. Efectivamente Luna y Sol se amaban. Eso significaba que luz y oscuridad no podían existir una sin la otra, que no había conflicto real entre ellas. De qué otra forma explicaba el hecho de que Sol, rey de la luz, soberano del día, se hubiera cobijado en la intimidad de las sombras para ocultar su encuentro de amor con Luna?

Boletín informativo: Esta tarde a las 17:28 horas ocurrió un eclipse total de sol. Un mar de observadores fueron testigos del ocultamiento del disco solar cuando la luna se interpuso entre el sol y nuestro planeta. El fenómeno celeste duró apenas unos segundos, pero al entrevistar a uno de los espectadores, éste comentó que le pareció una eternidad.

septiembre 24, 2004

Acerca del origen...

El Sol crepuscular nos lanza una última mirada sobre el horizonte. Es tiempo de media luz y sombras alargadas. Mientras la noche tiende su manto de oscuridad, nuestra visión empieza a percibir imágenes distintas de lo que nos rodea. Las luces artificiales intentan en vano sostener el día sobre sus hombros de neón fluorescente, pero a pesar de ello los perfiles se difuminan y las sombras se acomodan en los resquicios de los objetos, dándoles mayor volumen. Es un tiempo contradictorio pues los objetos parecen menos planos y por ello más reales, pero a la vez pierden definición y pareciera que habitáramos un mundo de sueños.

La noche se nos llega y con ella la perspectiva cambia. El ajetreo diurno se almacena en un limbo junto con las preocupaciones cotidianas y eso nos permite meditar sobre nuestro universo personal de manera diferente.

Es así que da inicio este espacio, el cual he decidido nombrar Perspectiva Nocturna. La decisión de crearlo tuvo su origen en la invitación de una persona que considera que ... No sé si esto sea así, pero al menos me dará la oportunidad de meditar cada noche sin las presiones que invariablemente acompañan a cada periodo de vigilia.

La decisión no implica que vaya a ser capaz de dedicar un tiempo cada noche para actualizar este espacio, pero aunque lo hiciera una vez por semana, sé que a diario dedicaré algunos momentos para pensar en ello, y esto representa ya, por sí mismo, un pensamiento aleccionador.

Es tiempo de perspectiva nocturna y desde ella hablaré conmigo mismo y con todo aquel que sienta deseos de convertir mi monólogo en diálogo. Como en toda plática, estoy consciente que habrá acuerdos y disonancias, pero este espacio no mostrará censura y se respetará la libertad de expresión. Sean todos bienvenidos.