febrero 18, 2005

Polvo de estrellas



El cielo en la lejanía se ilumina con los últimos rayos de un sol agotado que se retira a descansar en su morada nocturna. Pasarán varias horas antes de que vuelva con renovado vigor para ofrecernos otra aurora, otro amanecer. Después de algunos minutos, como lanzando un suspiro, el último vestigio de luz desaparece más allá de la línea del horizonte, haciendo más visibles y brillantes los agujeros del apolillado manto nocturno.

Es noche cerrada, tiempo de estrellas y criaturas que entonan sus persistentes cantos en una ópera fantástica. Entre las sombras, las luciérnagas flotan en nubes luminosas que dibujan patrones aleatorios y configuran constelaciones que se transforman de manera continua. No lejos de donde me encuentro escucho el lastimero llamado de un sapo que entona su nostálgica canción de amor por la luna, mientras las cigarras lanzan un zumbido que penetra insistente en la mente de los trasnochadores cotidianos.

Como cada noche, vuelvo mi rostro hacia la profundidad del universo esperando por el paso de una estrella fugaz. He esperado por milenios el paso de esa estrella, los ojos fijos en el firmamento, esperando por el menor indicio de su llegada a mi mundo. Mi mirada se ha desgastado dibujando líneas imaginarias entre las luciérnagas estelares de la misma manera que observo las luciérnagas que vuelan en los prados cercanos.

La luz ancestral proveniente de los más alejados rincones del universo ha penetrado mis ojos, y a través de ella he visto la evolución de estrellas de todos tipos, las cuales han surgido, evolucionado y perecido ante mi atenta mirada. Nubes de polvo se han acumulado por doquier, girando en remolinos colosales de gases multicolores que toman formas fantásticas antes de servir como plataforma para el despegue de brillantes series de novas y supernovas.

He visto cometas pasar por las cercanías, adornando con su cauda el camino recorrido alrededor del sol antes de ir a perderse en las lejanas regiones del sistema solar exterior. Pero no es un cometa lo que espero, sino una estrella fugaz. Una luz que cruce el firmamento marcando con una línea brillante la dirección de tu camino.

Ha sido tan largo el tiempo que he esperado por esa señal, que en varias ocasiones he decidido salir a buscarte en la inmensidad que rodea las fronteras de mi propio espacio, pero invariablemente termino extraviado en los laberintos estelares, agotado por la jornada y con las ganas gastadas. Finalmente, termino regresando a este lugar desde el que atisbo el horizonte a la espera de esa estrella fugaz que me indique el camino a seguir.

Sé que ese día llegará, que eventualmente la estrella fugaz que espero cruzará el firmamento desgarrando la oscuridad con su estela luminosa y dejando una cicatriz permanente en mi cielo que me sirva de punto de referencia y orientación para ir a tu encuentro. Una huella de luz como señal inequívoca de que nuestros universos se han cruzado por fin, regalándonos finalmente la oportunidad de recorrer las veredas estelares de un espacio común.

Ese día será afortunado y feliz, la estrella cruzará mi cielo de forma fugaz pero lenta, sin prisas, dejando caer una lluvia de polvo luminoso que cubrirá mi rostro, mis brazos, mi cuerpo entero. Y cubierto por el polvo brillante de tu estrella, viajaré siguiendo su clara estela de luz... y me perderé finalmente en las constelaciones de tu universo.

7 Comments:

Blogger scape95 said...

Te deseo que ese día llegue pronto, muy pronto.

3:34 a.m.  
Anonymous Anónimo said...

Precioso Noctambulo!
Me hace pensar a veces, en la posibilidad de ver más allá debido a la atención en nuestra mirada firme, en la seguridad de saber que esa luz desgarradora de oscuridad, llegará, e inevitablemente reconocerla y disfrutar de su luz y a pesar de todo, tener la certeza de querer seguir reconociendola dejando paso al tiempo, si fuera necesario, sin temor, por tener la certeza de la veracidad de su luz, de su amor.
Supongo, Sé, que el ver perecer estrellas de luz, ante nuestra atenta mirada, es motivo de decepción, de desánimo, de desviar nuestra mirada de nuestra noche estrellada. Pero Saber, y tener la Fe de que nuestra estrella fugaz está Ahí, es motivo suficiente para dibujar esa sonrisa que sólo puede ser la expresión de la más absoluta convicción de que algo existe de manera decisiva, y aunque no lo veamos, SOBRETODO LO SENTIMOS.
Un beso y un abrazo llenos de luz.
mixina

7:15 p.m.  
Blogger Noctámbulo said...

Gracias por la visita Scape95. Si se ha esperado por milenios, bien se puede esperar otro tanto su llegada.

Un abrazo.

6:43 p.m.  
Blogger Noctámbulo said...

Agua querida, quisiera que entre la nostalgia de cada texto se colara siempre un canto de vida, amor y esperanza. Me alegra que lo aprecies de esa manera.

Un beso.

6:49 p.m.  
Blogger Noctámbulo said...

Querida Mixina, me encanta la disección que haces de lo que escribo, principalmente porque siempre eres bastante certera. Es importante mantener la mirada fija en ese vasto campo de estrellas, sin importar que a través de los tiempos seamos testigos de la extinción de esas estrellas que pudieron haber tenido un lugar predominante entre las constelaciones. Como bien dices, la luz de esa estrella fugaz es verdadera porque es una luz de amor, y se manifiesta en nuestros corazones de manera no fugaz, sino permanente. Así quye hay que mantener el corazón atento, no sólo los ojos.

Definitivamente, me has dibujado una sonrisa.

Besos de estrella fugaz.

6:56 p.m.  
Blogger Noctámbulo said...

Rosa querida, siempre tan amable en tus palabras. Agradezco tu visita y el comentario. Espero que los próximos textos te agraden de igual forma.

Un beso.

6:59 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

Un texto precioso, una hermosísima esperanza en forma de estrella fugaz.
Tal como lo describes, tal parece que en ese día, cuando llegue, se produzca un estallido en el universo.
Besos irisados

6:02 a.m.  

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